• Dificultad en la comunicación verbal y no verbal, es decir no habla, o bien, lo hace de manera no funcional.
• Presenta estereotipos que son movimientos repetitivos con sus dedos o brazos, como el aleteo.
• No establece contacto visual.
• No señala y no tiene juego simbólico.
• Minimiza o exagera las respuestas emocionales ante una situación, es decir puede tener un berrinche, rabieta incontrolable o risa sin
alguna razón aparente.
• Síntomas de hiperactividad o hipoactividad.
• Alteraciones en el sueño.
• Dificultad en la socialización sobre todo con los niños de su edad.
• Inflexibilidad y resistencia al cambio de sus rutinas o personas
cercanas.
• Le hablas por su nombre y no responde, como si no escuchara.
• Presentan ecolalia, repetición automática de las últimas palabras o sílabas que dice otra persona.
• Por lo general son muy hiposensibles o hipersensibles a los
estímulos externos frío, calor, viento, ruido, luz, sonido, etc., es decir sus sentidos están muy desarrollados y no están integrados
efectivamente.
Si tu niño fracasa en:
• Balbucear a los 11 meses.
• Realizar gestos simples de los 12 a los 16 meses (por ejemplo
saludar).
• Decir palabras simples a los 16 meses.
• Frases de dos palabras a los 24 meses.
• O si tu niño tiene pérdida de cualquier habilidad de lenguaje o social entre los 18 y 36 meses de edad.